Vals y una tarde tranquila -Priv. Prusia-

por **Anneliese Edelstein** Jue Abr 17, 2014 5:51 pm

Me había absorbido la mañana entera en la Sala de Música nuevamente, pero pareciese que entre mas y mas toco el piano su sonido me impide el poder evitar de tocarlo, me daba cierta tranquilidad el escuchar las notas que cimbraban en esa vacía Sala de Música, además la pieza que tocaba pasaba de movimientos rápidos y hasta cierto punto bruscos a suaves y pausados, era un simple vals a oídos de los demás... pero para mí era hasta cierto punto embriagador tal sonido y el reproducirlo era algo realmente gratificante.

Había terminado la pieza cuando dirigí mi vista al reloj, marcaba pasadas las dos de la tarde... tal vez debía salir un momento para continuar un poco mas después, guarde las partituras y sin más salí de ahí a dar una vuelta al parque, eso estaba bien.

Al llegar podía notar la tranquilidad, suspire un tanto agobiada... no me imagine que pasarme la mañana tocando me agotaría hasta cierto punto.

Vi una banca vacía bajo la sombra de un enorme árbol, me dirigí hacia ella y tome asiento, visto desde ahí de verdad que lucía todo muy tranquilo.

por **Gilbert Beilschmidt** Sáb Abr 26, 2014 11:28 am

Casi nunca me pasaba, pero la mañana de ese día me había quedado dormido más tiempo del que debía. Me tocaba entrenar, pero al levantarme tarde se me había pasado la hora de entrenamiento que me gustaba hacer temprano después de desayunar. Me molesté un poco conmigo, me gustaba aprovechar el día desde temprano para después poder tomar una larga siesta en la tarde, pero por ahora tenía que buscar la manera de compensar el entrenamiento perdido.

Me cambié, bajé a desayunar rápidamente y luego salí de la casa. Me dirigí hacia el parque que quedaba no muy lejos de allí, seguro podría trotar un rato y luego comprar unas papitas y sentarme por ahí a comerlas mientras veía al resto de las personas obviamente menos asombrosas que yo.

Al llegar me di cuenta de que no había casi gente, así que me puse los auriculares y comencé a escuchar música con el reproductor mientras daba algunas vueltas al parque, primero caminando y luego trotando.

Paré luego de unas dos horas, el tiempo se me pasaba volando cuando me ejercitaba, aunque claro, tomé pequeñas pausas mientras lo hacía. Me sequé un poco el sudor y compré una botella de agua para luego ir a sentarme por ahí mientras me la tomaba. Cuando iba camino hacia la banca más cercana, noté que ahí ya había alguien, no le tomé mucha importancia a este hecho, seguramente quien fuera se debía sentir agradecido por estar en presencia de Ore-sama, pero a medida que me acercaba noté que no era simplemente un desconocido, no… Era Austria. Sonreí, podría molestarla un rato, entrenamiento, molestar, descansar y luego ir a casa para dormir… Perfecto.

Llegué por detrás de la austriaca y le cubrí los ojos. – Adivina quién soy… No soy Gilbert kesese~ – dije eso último a propósito.

por **Anneliese Edelstein** Vie Mayo 02, 2014 4:31 pm

Podía seguir observando el lugar que estaba bastante y lo suficientemente tranquilo, me hizo sonreír satisfecha e incluso había cerrado mis ojos un momento hasta que me di cuenta que me estaban cubriendo los ojos, causando que diese un ligero respingo a causa de eso y con mis manos trate de quitar las suyas y entonces escuche su voz.

- Gilbert... – suspire derrotada y trate de quietar su manos de mis ojos - ¿podrías por favor retirar tus manos? Es un tanto bastante incomodo...

Y si, ahí justamente había muerto ese momento de paz y tranquilidad que había logrado por lo menos vivir un pequeño rato, parecía que esto seguiría de largo como siempre eran las intenciones de Prusia el molestarme.

por **Gilbert Beilschmidt** Dom Jun 15, 2014 9:29 am

Bufé al escucharla, ¿no podía solo seguirme el juego?... Pero después de todo era Austria, no era como si por algún milagro de la vida me fuese a contestar “Ay, no lo sé… Tal vez… Eres Santa Claus” y luego reiría. No. Simplemente ella no era así.

- No seas amargada, Anneliese… - quité mis manos de sus ojos y me senté a su lado sin esperar una invitación, abriendo la botella de agua que acababa de comprar y vaciándola al menos hasta la mitad de un solo trago, estaba algo cansado, realmente.

- ¿No te alegra que por cosas de la vida te encontraras a mi asombrosa persona aquí? Es decir… Yo le doy color a todo lo que toco… Inclusive, podría darle color a tu gris vida de pianos y tacañería kesese~ - dije eso último en voz baja, lo menos que quería era que me escuchara y arrugara la nariz para luego dejarme solo ahí, tal vez podría no molestarla mucho si estaba dispuesta a cambiar esa cara de molestia por un rato.

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